El verano trae playa, ventilador y también cursos intensivos de Catalá gratuitos. Me inscribí en el Básico 1 que imparte el CPNL. Éramos 22 alumnes:
Natasha,Rusia,63. Se sacaba los pelos del mentón intentando pasar desapercibida.
Anet,Argelia,33. No puede controlar su impulso por ver el móvil, un día inició una videollamada en plena clase.
Olga,Ucrania,56. Ocupaba dos colores para tomar sus prolijos apuntes tamaño XL. Le gusta responder a todas las preguntas de Julia, la profesora, aunque no estuvieran dirigidas a ella.
Manuel,Perú,67. Siempre combina su camiseta con sus calcetines.
Mientras Julia nos enseña los pronombres y nos cuenta que en Catalunya no se trata de Usted a los mayores, Natasha interrumpe y dice: Claro, ¡democracia!
Olga y Natasha se hicieron amigas. Natasha le pregunta si leyó su horóscopo y Olga le responde: Ya no pienso en mí, sólo pienso en los míos, en si alguien fue bombardeado.
Marco,Italia,39. Es el favorito porque entiende la lógica de la lengua y responde rápido a las dinámicas.
Aprendimos que cada día tiene su planeta (Dijous=júpiter), pero que Diumenge es el día del Señor (?), no como en USA, que es el día del sol (ò_ó)
Cuando nos tocó aprender la hora, la didáctica Julia dijo “¿Alguien se considera impuntual?” y - sin dejar espacio a respuestas- dijo: por ejemplo la Tiare. Se me había olvidado lo que era ser señalada en clases.
Julia tenía mucha paciencia y no nos dejaba hablar ni explicar NADA en castellano, utilizaba la técnica de los dibujos en la pizarra cuando no lograba darse a entender. Aquí es donde comienza la magia, el momento en que los humanos de la clase buscan sobrevivir a las instrucciones y abrirse al aprenizaje:
Julia le pregunta a Natasha “qué fas al matí?”: Haggu prácticas espirituals.
Lari (43) y Fernando (16) son máma e hijo. Julia les pregunta “i tu Lari qué fas la tarda?” Lari, muy aplicada, responde: veu tele y alsmurzo. “I tu Fernando”: Lo mesmu. (salida perezosa, pero no menos ingeniosa).
A medida que avanzaban las clases y la exigencia por construir frases aumentaba, comenzaron las invenciones. Los alumnos, incluyéndome, empezamos a terminar las frases en U, els, m, at.
En paralelo, fui afinando mi oído y tuve un gran descubrimiento: Sergio Dalma de Sabadell, en su canció “Esa chica es mía” (1’51’’) dice “Orguliosa”. Orgullosa també me sentí al detectarlo.
Y así, las ganas de hablar, hicieron lo suyo; la frustración y el pudor fueron perdiendo su lugar. Estábamos creando una nueva forma de comunicarnos. Algunos con más ímpetu y personalidad que otres.
Partimos diciéndonos “Fins de ma Sofía” “Como va això César”, y poc a poc fuimos interactuando en los recreos y a intercalar palabras castellanas-catalanas. En el recreo, Olga, con su castellano sorprendente, me contaba historias tristes que siempre terminaba en “mare meva” y ¡ojo! sin Julia vigilando. Y así, fui consciente de una variante lingüística.
De mica en mica s’omple la pica.
Atención: la lengua en que se piensa, puede afectar al juicio moral
Este articulo es parte de The Posttraumatic VOL.6 "It's hard to focus today".
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