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Soy carne de secta




Esas fueron las palabras que escribí en el buscador esperando encontrar el video de alguna alma tierna que contara su experiencia sintiendo el fuerte llamado de unirse a un culto espiritual pero resistiéndose, porque tampoco es gilipollas. 

Tengo hambre de comunidad. Sigue ardiendo en mí ese deseo antiguo de tener un fuego al que arrimarse. No se trata de la asamblea de colectivo, la de okupa, de cooperativa. Ninguna de estas me apaga la urgencia de celebrar un sabbat. Y no, ya no me vale la rave. Estoy a menos de lo que nunca en nombre de mi salud mental me habría planteado de empezar a ir a misa.

Para sorpresa de nadie -que me conozca-, y menos de mí misma -que me conozco-, no es comunidad-cualquiera, comunidad-y-punto, lo que busco. Tengo hambre de comunidad-espiritual. 

 Y así voy, resbalando por todos los embudos de venta de los vende-cursos de astrología kármica, de registros akáshicos, de arquetipos del tarot, de huevos de obsidiana, de péndulo. Facilitadores somáticos, astrocartógrafos, consteladoressistémicos. Y la verdad no vengo a embarrar ninguna de esas disciplinas. Casi todas en algún momento de mi vida y con las personas adecuadas me han hecho más bien que mal. El problema que yo tengo es que no encuentro en mi entorno cercano a nadie que esté tan obsesionado con esto como yo. ¿Qué me queda entonces? Apuntarme al “Reto gratuito estelar online” para así juntarme con otras personas hambrientas de espiritualidad pagana, aun a sabiendas de que lo que vamos a recibir es espiritualidad pagada. A cambio de un pequeño bizum, Dany Spyral va a construir esa comunidad por nosotres. A su alrededor por supuesto.

Esa es mi mayor desesperación. Cuando con 15 años me quería juntar con los punkis me iba al parque de la Dehesa los findes a beber kalimotxo hasta vomitar detrás de un arbusto. Cuando quise juntarme con los intelectuales me apunté al colectivo marxista-leninista de mi barrio. Con las transfeministas más de lo mismo; me pasé por fiestas, okupas y asambleas. Y ahora que me quiero juntar con las astro-girlies ¿Dónde coño estáis? ¿Dónde está nuestro templo? ¿nuestro parque? ¿nuestra asamblea? No puedo soportar la idea de que los akelarres sean por zoom. Que nos veamos ahí en cuadritos pequeñitos mientras escuchamos a Florencia Universe contar por qué su curso de activación lunar es lo que necesitamos para “conectar con todo el potencial de nuestra energía creadora”.

Facilitémonos entre nosotras. Compartamos saberes. Yo a estas alturas ya tengo mucho que ofrecernos. 

Okupemos un oráculo, construyamos un altar en el bosque, ritualicemos la puta calle. 

Quiero un movimiento espiritual organizado, disidente, y horizontal. No me lo puedo estar inventando yo. Sé que existís. En mi mundo hay de todo, y no puede ser que yo no encuentre mi comunidad espiritual disidente, que la necesito para mi existencia. Y quiero verlo manifestado ahora. Raritas yo os invoco. Venid a mí.   





Este artículo es parte de The Posttraumatic VOL.9 "USA INVADE EEUU".

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