top of page

USA invade EEUU

  • COPIA
  • 11 jun
  • 4 Min. de lectura



“Looks like someone needs democracy” (“Parece que alguien necesita democracia”) fueron, según sus propias palabras, las declaraciones del presidente en funciones, Donald Trump, en la madrugada del martes. Aunque estaba solo y no hay testigos que lo confirmen, él asegura que así fue.

Con el temor de perder la hegemonía que sostiene desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el imperio estadounidense tomó una decisión “disruptiva e impredecible”, como su actual líder, y lanzó una invasión sin precedentes: esta vez, contra su propio territorio.

“Logramos imponer nuevamente el temor y el respeto que alguna vez supimos tener”, declaró el Secretario de Defensa, visiblemente nervioso. “Hasta a mí me da miedo”.

Guerra y Economía, una relación simbiótica

“Las guerras, además de dar vidilla al país y algo de qué hablar, son un gran negocio”, explicó el Secretario del Tesoro, según su esposa, quien lo escuchaba murmurar desde la cama. “Creemos que esta guerra nos permitirá incrementar el gasto en defensa, lo que inyectará dinero en la economía sin necesidad de hacer cosas absurdas como invertir en salud o educación pública. La democracia se ha conseguido y se conseguirá con las armas”.

El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, al comentar sobre ofensiva durante una visita a una escuela primaria. “Es fundamental conocer muy bien a nuestro enemigo, el ataque será sorpresa en el día de hoy desde la costa Oeste”, declaró a los alumnos, antes de ser interrumpido por un subcomandante que le informó que Estados Unidos estaba siendo atacado. El episodio recordó inevitablemente el momento en que George W. Bush recibió la noticia del atentado del 11 de septiembre mientras leía The Pet Goat en un aula. Esto refuerza la teoría de que las escuelas estadounidenses no solo son blancos recurrentes de ataques masivos, sino también un sitio ideal para recibir noticias sobre atentados, ataques masivos y, quién sabe, hasta alertas de ataques nucleares.

El sueño de Chomsky y la solidaridad nuclear

El intelectual Noam Chomsky, sospechoso de inmortal, se mostró entusiasmado. “Llevo toda mi vida esperando este momento, joder. Espero ver la destrucción total de este puto sistema, financistas corriendo en llamas y la Casa Blanca explotando como en Día de la Independencia, pero en 8K IMAX Dolby Surround, con repeticiones en cámara lenta y música de Rage Against The Machine”, declaró, reflejando el deseo compartido de buena parte de la humanidad de que la guerra sea televisada y esté disponible on demand.

Mientras tanto, la escalada nuclear genera tanto temor como deleite en el hombre de pelo amarillo y piel naranja. Vladimir Putin y Kim Jong Un ya han contactado al líder estadounidense para expresarle su firme apoyo e incluso han enviado arsenal nuclear, porque ni siquiera la enemistad geopolítica más extrema puede evitar que la situación les toque su corazón imperialista.

Por su parte, el otro presidente de USA, Elon Musk dijo en una entrevista “wroarrr woof wroar grrrrrr ssssss hgrhrrrrrrrgr” y sonidos mas dificíles de representar con el abecedario español.

La reacción del otro lado del charco

Los líderes europeos intentan dar una respuesta conjunta, pero, claro, con tantos idiomas diferentes, el mensaje demora más de lo esperado. Mientras tanto, las ultraderechas europeas se lamentan de no contar con un gasto militar similar al de EE.UU. para poder hacer lo mismo.

“El ejército que tenemos es un chiste. Necesitamos un ejército europeo para reventar esta Europa ‘progresista’ y volver a la Edad Media. Las películas eran mucho mejores en esa época”, declaró un líder ultraconservador mientras mostraba con nostalgia una escena de Corazón Valiente, protagonizada por un joven, hoy desaparecido, Mel Gibson. Lo cual confirma que la pasión por el cine no entiende de posicionamientos políticos y que los estadounidenses saben mejor que nadie romantizar cualquier historia o situación, tanto nacional como extranjera.

Pedro Sánchez, en un intento por dar su opinión en la primera cumbre de la OTAN en la que un país propio era atacado, fue interrumpido por el canciller alemán Olaf Scholz, quien luego pidió disculpas porque es Alemán. Acto seguido, felicitó a Sánchez por las playas de España, donde aseguró que pasaría su jubilación tras su breve paso por el cargo que en su país han sabido ocupar líderes más memorables.

El desenlace de la guerra: ¿y ahora qué?

Al cierre de esta edición, tropas estadounidenses han tomado el Pentágono, la Casa Blanca ha sido evacuada y el Congreso ha sido declarado territorio enemigo. Grupos de milicianos armados recorren las calles con la bandera de Estados Unidos, aunque aún no está claro si lo hacen en defensa del país o en contra de él. Las banderas con el lema “America First” o el mas famoso “Make America Great Again” tampoco ayuda a diferenciar bandos para el resto del continente americano.

Mientras tanto, en un búnker de alta seguridad, Donald Trump observa las noticias en Fox News y pregunta:

“¿Estamos ganando?”. 

“Whorasr grrrr hsadkjwad mwjwwwj” respondió Musk mientras escribía, en su red X, contra el futuro primer gobierno lunar de izquierdas.

El eco de su pregunta resuena en el aire, mientras los misiles ya han sido disparados y las alarmas de DEFCON parpadean en rojo.

La terapeuta del presidente no se ha pronunciado al respecto, porque obviamente este hombre no va a terapia. 




Este artículo es parte de The Posttraumatic VOL.9 "USA INVADE EEUU".

Puedes conseguirlo aquí. Y suscribirte por aquí.








 
 
 

Comentarios


bottom of page