top of page

Las ultimas palabras de Jesucristo


Octavi Serra

Un documento filtrado del archivo secreto de la Biblioteca del Vaticano revela que toda nuestra cultura y civilización se han construido en base de una broma que nos gastó Jesucristo.

Al parecer, la filtración de dicha información se habría debido a un pequeño descuido de Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, el actual papa de la Iglesia católica. Francisco no retornó uno de los libros de la Biblioteca del Vaticano a tiempo y eso generó un error en el sistema. Según revelan las fuentes, se ve que este papa era muy aficionado a leer manuscritos


del archivo secreto del Vaticano antes de ir a dormir y estaba muy enganchado a una serie de escritos apócrifos. Ese día se llevó más de un documento a sus aposentos y debió descuidar alguno en su habitación, lo que terminó en una devolución fuera de plazo. Esta falta hizo desubicar el documento secreto de la biblioteca terminando reorganizado en otra estantería de dominio público.


Casualmente, en ese mismo momento, se estaba digitalizando parte de los libros del Vaticano. El motivo era la captación de nuevos seguidores a través de Internet. La institución católica ya venía ofreciendo más acceso virtual a los fieles desde hacía unos años, con el objetivo de modernizar su apariencia y llegar a un target más joven. Esa digitalización hizo público el manuscrito, llegando a manos de un alumno universitario que buscaba información para realizar su Trabajo Final de Grado.

El alumno, estupefacto, cuando entendió lo que tenia entre manos, publicó en las redes sociales la información que estaba encontrando en la biblioteca. Rápidamente se viralizó el documento digital del manuscrito. Una información que había permanecido oculta durante más de dos mil años y que solo habría estado en manos de unos pocos, ahora ya era ampliamente conocida.

Este manuscrito nos permite saber la verdadera identidad de Jesús de Nazaret, revelándonos su procedencia y las claves para interpretar las intenciones humorísticas que tuvo en su trabajo. Jesús habría sido un artista muy prolífico en su época, gran poeta y escultor. Como cantante y recitador se construyó un personaje público que sabía que todo el mundo adoraría: Dios. Inspirado por la invención del personaje de Sócrates que Platón y sus coetáneos utilizaban en sus relatos y diálogos, Jesús quiso llegar más allá siendo él el propio personaje inventado. Surgió el Cristo que encarnaba la divinidad.


Según las declaraciones del grupo de teólogos que han analizado el manuscrito filtrado, podemos entender que “la gran variedad de figuras divinas que había en su momento en el Imperio Romano fueron representadas en una sola gran idea que, además, era él. Encarnado en el propio Jesús, Dios venía a dar esperanza a la gente de una humanidad mejor”. Los teólogos añaden que Jesús de Nazaret sabía que todos los grandes reyes se involucrarían en su atractiva idea. La gran maquinación empieza en un discurso que todos los gobernantes, y los poderosos han querido integrar para persuadir a la gente y ejercer control. Toda la moral cristiana, ideas que evolucionaron en el concepto de una humanidad civilizada, el bien común o, incluso, los Derechos Humanos (aun que nunca fueron aplicados y solo sirvieron para adornar las constituciones).

Todo fueron conceptos desencadenados de esos gobernantes que han querido dominar a través de la idea del bien. Porque, al fin y al cabo, seguro que ningún gobernante tuvo que respetar nunca todos los mandamientos, o todas las leyes ¿verdad?

La historia habla por sí sola, la gran bofetada empezó a venir cuando nos dimos cuenta que Dios solo era un concepto. Ahora ponemos nuestra otra mejilla cuando este manuscrito revela que incluso nos hemos creí- do que la humanidad podía ser mejor. Que seguramente, detrás de todos los avances a los que hemos llegado, con todo el progreso social de todos estos siglos, con la evolución de toda ciencia y estudio, siempre ha habido la esperanza de ser mejores personas. Nos creímos ser mejores y más humanos cuando al final seguimos siendo otros animales sal- vajes. Jesucristo, ya te vale...





bottom of page